martes, mayo 27, 2025

Empanadas, Porsche y la Desconexión del Poder: Cuando el Ministro No Entiende al Pueblo

 

Por Daniel Kiper



Esta semana, la realidad argentina volvió a mostrar su rostro más absurdo —y a la vez más revelador— en un cruce inesperado entre el actor Ricardo Darín y el ministro de Economía, Luis Caputo. El disparador fue una frase simple, directa y dolorosamente real: “Una docena de empanadas cuesta 47.000 pesos”, señaló Darín en una entrevista que intentaba ponerle cifras concretas al drama cotidiano que atraviesan millones de argentinos. Lo que podría haber servido como punto de partida para una reflexión seria sobre el deterioro del poder adquisitivo y el impacto real de la inflación, derivó en un exabrupto despectivo del Ministro Caputo, que eligió burlarse del problema y transformar el debate en una comparación tan absurda como ofensiva: comprar empanadas de calidad sería —según él— como comprarse un Porsche. Un lujo. Un capricho. Un privilegio de pocos. El mensaje es demoledor. Y, lamentablemente, coherente con el rumbo del gobierno al que representa. Cuando comer es un lujo ¿Qué significa que el Ministro de Economía equipare un plato de empanadas con un auto de alta gama? Significa, en primer lugar, que ha perdido —si alguna vez la tuvo— toda conexión con la vida cotidiana del ciudadano de a pie. Significa también que ha olvidado (o decide ignorar) que la comida no es un lujo: es un derecho. Una necesidad básica. Un termómetro de la dignidad social. ¿Acaso Caputo no advierte que para un jubilado, un trabajador informal o un empleado con salario mínimo, $47.000 o incluso $17.000 representan un porcentaje abrumador de sus ingresos mensuales? ¿Qué sentido tiene ironizar con un Porsche cuando la mitad de la población está por debajo de la línea de pobreza? Las empanadas, señor Ministro, no son un lujo. Son parte de la cultura popular, un símbolo de la mesa argentina, y en muchos hogares, la única comida caliente del día. Descalificarlas por su precio o por provenir de un local de calidad es como decir que los argentinos solo tienen derecho a comer pan duro o fideos con aceite. ¿Ese es el modelo de país que propone? Las empanadas y el 25 de mayo: más que comida, identidad Decir que las empanadas son un lujo no solo denota desprecio por las condiciones sociales actuales; también desconoce la historia y la identidad nacional. Las empanadas no son solo una comida: son parte del ADN cultural argentino. El 25 de mayo de 1810 —fecha que marca el nacimiento político de la patria— se celebra, en cada rincón del país, con un locro, un pastelito… y una buena empanada. Están en nuestras fechas patrias, en las mesas familiares, en los clubes, en las esquinas de barrio. Son un símbolo de pertenencia, de encuentro, de historia viva. Reducirlas a “lujo” es amputar de un tajo ese lazo invisible que nos une como comunidad. Un privilegio reservado a la élite La frase de Caputo no es un exabrupto aislado. Es el síntoma de una visión profundamente elitista del Estado, de la economía y de la sociedad. Una visión donde todo lo bueno —lo sabroso, lo estético, lo saludable, lo digno— se transforma en “lujo”, y todo lo barato, en norma. No importa si empobrece el cuerpo o el alma. Hay que acostumbrarse, nos dicen. Este modelo, que consagra la exclusividad como valor supremo, convierte a la mesa familiar en un santuario inaccesible. No por sagrada, sino por prohibida. Y transforma al Ministro de Economía —que debería garantizar el acceso equitativo a los bienes básicos— en un custodio de la escasez, que encima se burla de quienes la sufren. Un país que se come a sí mismo Argentina está frente a una paradoja cruel: produce alimentos de altísima calidad, pero cada vez más argentinos no pueden acceder a ellos. La reacción de Darín fue la de un ciudadano que se niega a naturalizar lo inaceptable. La respuesta de Caputo, en cambio, fue la de un funcionario que ya no distingue entre una crítica sensata y un capricho burgués.

Comparar un plato típico con un auto de lujo no es solo una torpeza comunicacional: es un acto de cinismo. Es retratar, sin filtros, la filosofía de un gobierno que ve en el ajuste una virtud moral y en el bienestar popular, una amenaza al orden. Y que convierte el acceso a una empanada —¡una empanada!— en símbolo de ostentación. Pero el verdadero lujo, en esta Argentina de 2025, no es comer empanadas. El verdadero lujo es gobernar sin sensibilidad, sin pudor y sin respeto por el sufrimiento de millones. Eso sí que no se lo puede permitir ningún país.

lunes, mayo 19, 2025

Entrevista a Hugo Haime

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miércoles, mayo 14, 2025

Cuando el Palacio Habla en Abstracto: Milei, Rothbard y la Negación de la Realidad

 Por Daniel Kiper




En un país donde más del 50% de los trabajadores se encuentran en condiciones de informalidad, donde los salarios pierden contra la inflación y la movilidad social se resquebraja como yeso viejo, el presidente Javier Milei ha decidido irrumpir en el debate público no con datos, ni con políticas concretas, sino con un juego lógico que pretende –según él mismo– “destruir la teoría de la explotación”. El método: reformular el intercambio laboral en términos puramente abstractos, como si estuviéramos en un aula de filosofía escolástica del siglo XIII o en un club libertario de Stanford, lejos del olor agrio del subte en hora pico.

“Ustedes le compran dinero a su empleador a cambio de trabajo”, afirmó el presidente. “Se acabó la teoría de la explotación. Salvo que los trabajadores estén explotando a los empresarios”.

Lo primero que llama la atención no es el fondo de la afirmación –repetida en ciertos círculos–, sino su forma. La sentencia se presenta como un truco retórico que, al igual que los antiguos sofismas, intenta clausurar una discusión filosófica y política milenaria con un mero cambio en el lenguaje. Como si redefinir los términos fuese suficiente para abolir la realidad.

Y aquí es donde, como advertía Edmund Husserl, se vuelve imprescindible distinguir entre las ontologías regionales. Es decir, entre los objetos ideales (como una teoría económica) y los objetos reales (como un obrero que trabaja 10 horas por día y no llega a pagar el alquiler). El presidente se mueve con comodidad en el mundo ideal de los conceptos, donde las relaciones sociales se presentan como ecuaciones simétricas entre oferentes y demandantes, todos libres, todos iguales. Pero esa geometría pura choca contra la rugosa realidad social argentina, donde las condiciones materiales distorsionan cualquier pretensión de equilibrio.

Karl Popper, crítico de los dogmatismos disfrazados de ciencia, ilustraba este mismo problema con una metáfora encantadora: “Uno más uno es dos en el mundo de las matemáticas, pero un conejo más una coneja pueden dar lugar a decenas de conejitos”. En la realidad pasan cosas. Lo que en la teoría es exacto, en la experiencia es caótico, imprevisible, desigual. Y lo que Milei olvida –o decide ignorar deliberadamente– es que la política se desarrolla en el mundo donde pasan cosas, no en el mundo donde los intercambios son siempre justos porque así lo dictan los axiomas.

Presentar la venta de fuerza de trabajo como un “acto voluntario de compra de dinero” no solo desnaturaliza la relación capital-trabajo, sino que elimina de un plumazo las condiciones estructurales que determinan ese intercambio. En la lógica del presidente, quien trabaja por 250 mil pesos por mes lo hace por placer o por error de cálculo, no porque no tenga otra opción. Los desempleados serían simples consumidores de dinero fallidos.Este discurso no es nuevo, pero sí peligroso cuando se pronuncia desde la cúspide del poder. Porque despolitiza la injusticia. No hay explotación, no hay desigualdad, no hay lucha de clases: hay errores semánticos. La pobreza es, entonces, un problema de gramática.

Pero la realidad insiste. Insiste en las ollas populares, en los pibes que dejan la escuela para trabajar, en los jubilados que fraccionan los remedios. Insiste en que el trabajo no es solo un intercambio, sino una relación social cargada de poder. Y que, en una economía con un 40% de pobreza, no se puede invocar a Rothbard como quien recita a Euclides.

Mientras Milei filosofa con fórmulas que se disuelven en la praxis, millones de argentinos esperan respuestas. No juegos de lenguaje. No metáforas altaneras. No la negación de su dolor disfrazada de brillantez.

En la política real, las ideas se prueban en las personas, de carne y hueso. Y las personas, señor presidente, no entienden de sofismas. Sienten hambre.

domingo, mayo 11, 2025

Alaska, enclave estratégico en los EEUU.

Por Lisandro Zamorano


Corría enero del 2022 cuando la administración Biden redujo un tercio del área
disponible para el trabajo con petróleo y gas natural dentro de la reserva nacional de
petróleo, localizada en el oeste de la zona de reservas naturales de Alaska (anwr 1 ), a
partir de 18.6 a 11.8 millón de acres. El departamento estadounidense del interior
aprobó en marzo del 2023 una versión de destilería petrolera que podría haber
producido arriba de 180.000 barriles diarios en la reserva. El primer proyecto de
producción se espera para el 2029. Una gran parte de la producción petrolera de Alaska,
alrededor del 95 por ciento, tiene lugar en su región norte. El gasoducto trans-alaska,
que empezó operando en 1977, se encarga de transportar 800 millas de crudo desde el
lado norte hasta el puerto de Valdez, situado en la costa sur de Alaska. Desde 2003, los
envíos han sido menos de un millón de barriles diarios, y promedió un record de
469.000 barriles por día en 2023. Los bajos volúmenes de la producción causaron que el
petróleo se mueva más lentamente en el gasoducto, lo cual generó desafíos para los
operadores que se encontraban allí, incluyendo la formación de hielo dentro del crudo
mismo.
La región centro-sur de Alaska confía en la producción de gas natural más que en un 70
% de sus necesidades eléctricas y de calefacción. Ocurre que las reservas de gas
cercanas a Anchorage, que brindaron energía al área desde 1960, están disminuyendo y
los precios subieron. En 2005, los precios mayoristas de gas fueron de 3.75 $ por 1000
pie cubico de gas natural. En 2024, el precio se había duplicado a 8.75$, Mientras tanto,
el resto de Estados Unidos contempló el fenómeno del gas natural y sus precios
cortados por la mitad en ese momento, debido a cuestiones relacionadas al fracking. En
2022, Hilcorp, la compañía responsable de aproximadamente el 85% de la producción
de gas, reportó que para 2027 no sería capaz de encargarse del suministro de suficiente
gas para utilidades que contribuyan a la región.
Otras soluciones además del gasoducto son lentas y costosas. Las utilidades locales
estiman que la eficacia en la mejora de energía y el desarrollo de energía renovable
puede reducir la demanda de gas por alrededor de un 10% en los próximos años.
Asimismo, en un 15% después de una década. Sin embargo, retrotraerse a la capacidad
del área y la ineficiencia energética domestica no va a ser rápido o barato.

https://www.alyeska-pipe.com/wp-content/uploads/2021/04/PP-Flow-Assurance-4-21-B.pdf

Pero lo más importante está en la capacidad petrolera de Alaska, contando con cinco
refinerías operando, con una capacidad de casi 170.000 barriles de crudo por año. Dos
de estas refinerías, en la bahía de Prudhoe, forman parte del suministro. Se encargan de
producir gasolina y otro tipo de combustibles. La potencialidad de la región norte de
Alaska es la más llamativa. Cuenta con 200 trillones de pies cúbicos que permanecen
sin ser explorados y utilizando la tecnología necesaria se puede llegar a extraer otros
590 trillones de pies cúbicos más, en función de lo expresado por la compañía de
gasoductos del país, de carácter estatal que promueve la extracción total del gas y su
posterior comercialización.
La influencia ejercida sobre Alaska tiene que ver con invertir en infraestructura
domestica para mantener la soberanía energética o bien adecuarse a la flexibilidad, y el
potencial costo como efecto, de los mercados globales. Alaska es el estado de mayor
extensión territorial en los EEUU en lo que refiere al consumo de combustible de avión.
Es una estación significativa para la carga de combustible militar, comercial y vuelos de
carga entre los Estados Unidos y países asiáticos.
El petróleo en Alaska ha sido un tema central en la política energética y ambiental de
Estados Unidos durante décadas. La región alberga importantes reservas de crudo,
especialmente en la Reserva Nacional de Petróleo (NPRA) y en el Refugio Nacional de
Vida Silvestre del Ártico (ANWR). Sin embargo, la explotación de estos recursos ha
generado intensos debates sobre los beneficios económicos frente a los riesgos
ambientales y sociales. (mantenimiento de las reservas petroleras en la región)
Uno de los desarrollos más polémicos en la historia reciente de Alaska es el proyecto
Willow, propuesto por la empresa ConocoPhillips. Ubicado en la NPRA, este proyecto
busca extraer hasta 600 millones de barriles de petróleo durante varias décadas. Se
estima que alcanzaría una producción de hasta 180.000 barriles diarios en su punto
máximo, lo que podría liberar aproximadamente 9,2 millones de toneladas métricas de
CO₂ anuales, equivalentes a añadir 2 millones de vehículos de gasolina a las carreteras
. La administración del presidente Joe Biden aprobó el proyecto en marzo de 2023, a
pesar de las promesas previas de limitar la perforación en tierras federales. Esta decisión
fue criticada por ambientalistas, científicos y comunidades indígenas, quienes
argumentaron que contradecía los compromisos climáticos del gobierno y ponía en
peligro ecosistemas vulnerables del Ártico . En cuanto a las reacciones y desafíos
legales, la aprobación del proyecto Willow trajo consigo una ola de protestas y

demandas legales. Organizaciones como Earthjustice y Greenpeace, junto con
comunidades indígenas cercanas al proyecto, presentaron demandas para detener su
avance, argumentando que la revisión ambiental no consideró adecuadamente el
impacto climático total y que la infraestructura del proyecto podría facilitar futuras
perforaciones adicionales. Además, el gobernador de Alaska, Mike Dunleavy, otorgó $1
millón en fondos estatales al grupo indígena Voice of the Arctic Iñupiat (VAI), que
apoya la perforación en el Ártico, lo que generó controversia sobre el uso de recursos
públicos para influir en el debate.
El futuro de la industria petrolera en Alaska está marcado por una creciente tensión
entre el impulso por la producción de energía y las preocupaciones ambientales y
sociales. Mientras algunos sectores políticos y económicos defienden la explotación de
estos recursos como esencial para la seguridad energética y el desarrollo económico,
otros abogan por una transición hacia fuentes de energía más sostenibles y por la
protección de los ecosistemas del Ártico. La evolución de proyectos como Willow será
un indicador clave de la dirección que tomará la política energética de Estados Unidos
en los próximos años. Otro de los principales interrogantes que surge es 
¿qué consecuencias recaen sobre la economía del resto de EEUU?

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lunes, mayo 05, 2025

Diálogo con Araceli Sandoval, dirigente política mexicana

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jueves, mayo 01, 2025

El odio como política: las peligrosas declaraciones de Milei contra la prensa

 Por Daniel Kiper


Las recientes declaraciones del presidente Javier Milei, instando a “odiar más a los periodistas”, constituyen un ataque directo a la libertad de prensa y al derecho de la ciudadanía a estar informada. No se trata de una mera expresión polémica o desafortunada: es una incitación al hostigamiento y una peligrosa legitimación del odio como herramienta de acumulación de poder.

En toda democracia, la prensa libre cumple un rol esencial: investigar, interpelar, incomodar al poder y garantizar el acceso a información plural. Sin esa tarea crítica, el debate público se empobrece, la ciudadanía queda a oscuras y la rendición de cuentas desaparece. Por eso, al alentar el desprecio hacia los periodistas, el presidente no solo agrede a un sector profesional, sino que socava uno de los pilares fundamentales del sistema republicano.

Esta retórica no es aislada ni inocente. Se inscribe en una estrategia más amplia que busca concentrar el relato, silenciar la crítica y escribir una historia oficial, como una verdad única e incuestionable. La historia enseña con claridad adónde conducen esos caminos. Como advirtió Voltaire: “Los tiranos del pensamiento son los que han causado gran parte de las desgracias del mundo.” En democracia, el pensamiento libre no solo debe tolerarse: debe protegerse. Los regímenes autoritarios comienzan desacreditando a la prensa y terminan suprimiéndola.

Juan Bautista Alberdi, inspirador de nuestra Constitución Nacional, también lo comprendió en profundidad. “Esta es la larga lección que surge de mi vida —escribió—: que no puede haber ciencia, ni literatura sin completa libertad, es decir, sin la seguridad de no ser perseguido como culpable por tener opiniones contrarias al gobierno y a las preocupaciones mismas que reinan en el país.”

La libertad de expresión no es un privilegio de los medios ni una concesión del poder: es un derecho inalienable del pueblo. Así lo sostuvo Alberdi con palabras que hoy resuenan con fuerza:
“El opinar en política no es un crimen. Es el ejercicio de la razón aplicada a los intereses públicos. Todo ciudadano de una república tiene derecho de manifestar lo que piensa. Es un poder no delegado que el país retiene para ejercerlo él mismo. Por medio de la prensa, el país colabora y concurre a la gestión de su gobierno, junto con sus mandatarios. Es tan esencial al gobierno del país por el país, que abdicarla es lo mismo que abdicar su soberanía y renunciar al rango de país libre.”

En tiempos de creciente polarización, el discurso de odio se convierte en un combustible peligroso. Frente a ello, debemos reafirmar que la respuesta a la crítica no puede ser la violencia —ni verbal ni simbólica—. El disenso, el respeto y la tolerancia son los cimientos de la república. Descalificar, estigmatizar y alentar el odio desde el poder no solo erosiona la convivencia democrática: la amenaza.

Resulta imprescindible recordar que la libertad de expresión no pertenece al gobierno, sino a toda la sociedad. Los periodistas, al ejercerla, representan esa diversidad de miradas que sostiene una comunidad democrática. Sin medios independientes, no hay ciudadanía informada. Y sin información libre, no hay control sobre el poder ni posibilidad de soberanía real.

El compromiso con la verdad, con la información responsable y con el derecho de todos los ciudadanos a ser informados sin miedo ni censura es esencial para la salud de la República. La prensa no debe —ni puede— aceptar intimidaciones ni discursos que busquen amordazar voces críticas.
Una prensa libre no es el enemigo: es la garantía de una democracia sólida y digna.

martes, abril 22, 2025

Abordajes - streaming con Javier Correa, director de Ad hoc

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